miércoles, 24 de junio de 2009
martes, 16 de junio de 2009
HISTORIA DE VALLADOLID YUC.
Baqueiro Anduze, destacado historiador yucateco, realizó en el tiempo récord de seis meses y por encargo del gobernador en turno Ernesto Novelo Torres -vallisoletano amante del terruño- la primera obra que describe parte de la historia de Valladolid. Esto aconteció en 1943 y fue quizá el evento cultural más significativo de la conmemoración del cuarto centenario de la fundación de Valladolid. Esa obra la denominó su autor "La Ciudad Heroica". Aunque en el prólogo no explica el autor el origen del nombre, en el contenido de la obra se identifican los hechos que seguramente inspiraron a Baqueiro Anduze para seleccionar tal designación.
Y por supuesto que la calificación de este autor fue la correcta, ya que Valladolid -hasta la presente fecha de su historia- ha sido cuatro veces heroica. Y hablo de ese heroísmo de sus gentes -mayas, españoles y mestizos-, que como protagonistas de sucesos imborrables marcaron el devenir de Yucatán y al menos en dos casos el de México.
El primer acontecimiento que enfrentó a conquistadores y mayas y que puso en peligro la conquista del oriente de Yucatán fue la rebelión de Chemax de noviembre de 1546, tres años y medio después de haberse fundado la Valladolid de Chohuac-há y año y ocho meses después de haberse establecido la actual Valladolid. En otoño de 1546, don Francisco de Montejo, el Adelantado, volvió a Yucatán, entrando por Campeche, en compañía de su esposa Doña Beatriz de Herrera. Esto motivó que su hijo -autoridad de Mérida- y su sobrino -autoridad militar de Valladolid- se trasladaran a ese sitio para recibirlo.
Coincidentemente, para esas fechas los caudillos mayas habían planeado un levantamiento en el Oriente, que debería estallar para la luna llena del 8 ó 9 de noviembre, fecha que correspondía al día 5 cimil y 19 xul (muerte final) del calendario maya.
En las "Relaciones históricas y geográficas de la villa de Valladolid" se describe este acontecimiento de la siguiente manera: "Y en el año de mil quinientos y cuarenta y seis, por el mes de noviembre, fue cuando los naturales de estas provincias de Valladolid se alzaron contra la Corona Real y mataron a diez y ocho españoles que estaban derramados por sus pueblos, fuera de esta villa, friendo dos hijos de Magdalena de Cabrera en copal en el pueblo de Chemax... Y al uno de ellos frieron vivo y en los demás españoles hicieron grandes crueldades, sacándoles los corazones estando vivos, matando asimismo a más de seiscientos indios del servicio de los españoles...".
La rebelión de Chemax tuvo como destino final Valladolid y las crónicas dicen que sólo veinte y dos vecinos -más los indios leales cuyo número no se consigna- defendieron a Valladolid capitaneados por Alonso de Villanueva, de un sitio que duró veinte días. Por vez primera Valladolid había demostrado una actitud heroica.
Otro acontecimiento que marcaría la casta heroica del pueblo vallisoletano ocurrió en enero de 1847. El 1 de enero de 1846 Yucatán se proclamó por segunda vez independiente de la república mexicana en defensa del federalismo y de su soberanía que había sido mancillada por la actitud centralista de Antonio López de Santa Anna. Pugnas políticas internas entre políticos de Mérida y Campeche se incrementaron al reconocer la legislatura yucateca (barbachanista en su mayoría y con tendencia política del grupo meridano) al general Santa Anna como "jefe y caudillo de la heroica empresa de regeneración de la República". Este triste acontecimiento trajo como consecuencia el levantamiento armado del ayuntamiento de Campeche el 25 de octubre de 1846, capitaneados por D. Santiago Méndez. El avance de las tropas de Méndez hizo que a finales de diciembre estuvieran bajo su poder las principales poblaciones. En el oriente Valladolid era aún un bastión del movimiento barbachanista; sin embargo, poblaciones como Tihosuco, Yaxcabá y Tixcacalcupul estaban ya en poder de los revolucionarios.
La plaza de Valladolid era defendida por el Teniente Coronel Venegas y fue asediada el 11 de enero de 1847 por las tropas de D. Antonio Trujeque, comandante de la facción revolucionaria, quien conminó a la rendicion y que en respuesta recibió un ataque. El 13 de enero Trujeque y sus tropas -la mayoría integrada por indios mayas- se posesionaron del barrio de Sisal. En ese momento se incorporaron a sus filas todos los vecinos de los barrios. La lucha ya era desigual entre 300 hombres defensores y 3,000 sitiadores. El sitio duró hasta el 15 de enero cuando los defensores estaban prácticamente derrotados y Trujeque ordenó el asalto final. Venegas fue tomado prisionero y conducido al barrio de Sisal.
Cuando esto sucedía los sitiadores actuaban como una turba desorganizada que inició una obra destructiva jamás vista en la historia de Valladolid. Una carta de un testigo presencial describe:
"Mientras ...Méndez y Venegas eran conducidos al barrio de Sisal, la gente sitiadora que había aumentado a cerca de tres mil indios, unidos a los vecinos de los barrios..., cayó como un torrente sobre la plaza, trayendo abajo las puertas de las casas... y dejando en las calles y en la misma plaza ochenta y cuatro cadáveres de personas sacrificadas cruelmente a balazos y a machetazos. Tres mujeres, dos niñas, dos ancianos y un tullido fueron de este número... El espanto y el terror fue llevado hasta seis leguas de esta ciudad, en donde también se cometieron incendios, robos y asesinatos. El saqueo duró ocho días... Los asesinatos no sólo fueron horrorosos sino también bárbaros y de caníbales, pues los cuerpos fueron arrastrados en triunfo por las calles, quemados... El día 17, un famoso asesino llamado Bonifacio Novelo ... pasó al barrio de Sisal donde estaba preso Venegas y ... fue asesinado, descuartizado y arrastrado en pedazos por las calles... Familias enteras han quedado reducidas a la más espantosa mendicidad... La emigración de las familias es diaria y es probable que el centro de la ciudad quede yermo...".
Este holocausto había puesto a prueba la capacidad de sufrimiento y estoicismo de las familias vallisoletanas. Sin embargo sólo señalaba el preludio de una tragedia mayor: la Guerra de Castas, en donde Valladolid mostraría nuevamente -y por tercera ocasión- su gesta heroica.
La Guerra de Castas se había iniciado en Valladolid con la sentencia a muerte de Manuel Antonio Ay el 25 de julio de 1847. El avance de los mayas fue tal, que a finales de diciembre de ese año, el oriente de la península estaba en poder de los sublevados.
Valladolid fue sitiada desde el 19 de enero de 1848 y sostuvo el sitio hasta el 14 de marzo del mismo año. En la historia de Valladolid no ha habido otro acontecimiento que haya mostrado y generado tanta muestra de confraternidad entre los vallisoletanos.
La descripción de algunas escenas del sitio de Valladolid que hace Serapio Baqueiro son realmente impresionantes: "Una viva y simultánea gritería, al mismo tiempo que un fuego sostenido entre unos y otros, en disputa de las calles principales y de la plaza del barrio de Santa Ana; un enjambre de niños, ancianos y mujeres dirigiéndose a la parroquia, en medio de una lluvia de balas que se estrellaban contra el atrio... A las oraciones de la noche, la ciudad estaba iluminada con fogatas, todas las alturas estaban ocupadas y abiertas las puertas del templo, en donde también ardían innumerables candelas. Veíase en el púlpito al Vicario D. Manuel Antonio Sierra y O'Reilly predicando a la inmensa multitud... e implorando con ellos el auxilio divino".
Valladolid no resistió el sitio y D. Agustín León, comandante de la guarnición, ordenó la evacuación de la ciudad, que ocurrió el 14 de marzo, rumbo a Espita, por el camino de Popolá. Una columna estimada en 10,000 personas y más de cien carruajes. Este éxodo sería de funestas consecuencias, ya que los mayas atacaron la columna, produciendo un sinnúmero de bajas, sufriendo principalmente los ancianos, niños y heridos. Tres días duró el penoso tránsito de las familias vallisoletanas hacia Espita. Este golpe a Valladolid y los nueve meses de abandono -Valladolid fue recuperada el 24 de diciembre de 1848- ocasionaron un impacto en su población y economía, cuyas consecuencias aún se pueden detectar.
El cuarto acontecimiento que otorga a Valladolid el adjetivo de Ciudad Heroica fue el episodio que D. Carlos R. Menéndez bautizó como "La Primera Chispa de la Revolución Mexicana" y que ocurrió el 4 de junio de 1910. Este movimiento social contra la tiranía de Porfirio Díaz y como parte del movimiento antirreeleccionista que se gestaba en Yucatán, fue reprimido a solamente una semana de su inicio y trajo como consecuencia la aplicación de la pena capital a los líderes Maximiliano R. Bonilla, Atilano Albertos y José Kantún, y cárcel y persecución a los demás participantes. Las bajas de los revolucionarios nunca fueron reportadas, aunque se estima que fueron más de cien muertos a manos de las tropas gobiernistas.
Estos cuatro hechos históricos son de suficiente peso para considerar a Valladolid como ciudad heroica. Sin embargo la divisa que ostenta en su escudo tiene una historia más reciente.
Valladolid fue elevada al rango de ciudad el 13 de diciembre de 1823 por decreto del Congreso Constituyente del Estado. El decreto señalaba que "El gobierno expedirá el título y designará la divisa o escudo correspondiente". El escudo de la ciudad fue realizado 150 años después por iniciativa del Sr. Juan H. Alcocer Rosado, alcalde de la ciudad en esas fechas. El escudo tiene la divisa "Ciudad Heroica" y en 1994 el Instituto Cultural Valladolid, A.C., solicitó al Ayuntamiento de Valladolid que el Congreso del Estado ratificara, comoefectivamente se hizo, el título de "Ciudad Heroica", para así corregir una laguna histórica.- Dr. R.A.G.B.- Mérida, Yucatán, julio de 1997.
FUNDACION DE VALLADOLID YUCATAN MEX.
Durante la Colonia fue el centro del desarrollo del oriente de la Península de Yucatán. Hacia 1835 se construyó en ella el primer telar en México: "La aurora de la industria yucateca", antecedente de las actuales maquiladoras. El desarrollo de la ciudad se vio interrumpido en 1847 al ser tomada por los indios mayas rebeldes durante la Guerra de Castas.
Hoy en día es un importante sitio turístico en potencia por estar a hora y media de Cancún y a unos treinta minutos de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá.
lunes, 15 de junio de 2009
VALLADOLID 4 VECES HEROICA
El primer acontecimiento que enfrentó a conquistadores y mayas y que puso en peligro la conquista del oriente de Yucatán fue la rebelión de Chemax de noviembre de 1546, tres años y medio después de haberse fundado la Valladolid de Chohuac-há y año y ocho meses después de haberse establecido la actual Valladolid. En otoño de 1546, don Francisco de Montejo, el Adelantado, volvió a Yucatán, entrando por Campeche, en compañía de su esposa Doña Beatriz de Herrera. Esto motivó que su hijo -autoridad de Mérida- y su sobrino -autoridad militar de Valladolid- se trasladaran a ese sitio para recibirlo. Coincidentemente, para esas fechas los caudillos mayas habían planeado un levantamiento en el Oriente, que debería estallar para la luna llena del 8 ó 9 de noviembre, fecha que correspondía al día 5 cimil y 19 xul (muerte final) del calendario maya. En las "Relaciones históricas y geográficas de la villa de Valladolid" se describe este acontecimiento de la siguiente manera: "Y en el año de mil quinientos y cuarenta y seis, por el mes de noviembre, fue cuando los naturales de estas provincias de Valladolid se alzaron contra la Corona Real y mataron a diez y ocho españoles que estaban derramados por sus pueblos, fuera de esta villa, friendo dos hijos de Magdalena de Cabrera en copal en el pueblo de Chemax... Y al uno de ellos frieron vivo y en los demás españoles hicieron grandes crueldades, sacándoles los corazones estando vivos, matando asimismo a más de seiscientos indios del servicio de los españoles...". La rebelión de Chemax tuvo como destino final Valladolid y las crónicas dicen que sólo veinte y dos vecinos -más los indios leales cuyo número no se consigna- defendieron a Valladolid capitaneados por Alonso de Villanueva, de un sitio que duró veinte días. Por vez primera Valladolid había demostrado una actitud heroica.
Otro acontecimiento que marcaría la casta heroica del pueblo vallisoletano ocurrió en enero de 1847. El 1 de enero de 1846 Yucatán se proclamó por segunda vez independiente de la república mexicana en defensa del federalismo y de su soberanía que había sido mancillada por la actitud centralista de Antonio López de Santa Anna. Pugnas políticas internas entre políticos de Mérida y Campeche se incrementaron al reconocer la legislatura yucateca (barbachanista en su mayoría y con tendencia política del grupo meridano) al general Santa Anna como "jefe y caudillo de la heroica empresa de regeneración de la República". Este triste acontecimiento trajo como consecuencia el levantamiento armado del ayuntamiento de Campeche el 25 de octubre de 1846, capitaneados por D. Santiago Méndez. El avance de las tropas de Méndez hizo que a finales de diciembre estuvieran bajo su poder las principales poblaciones. En el oriente Valladolid era aún un bastión del movimiento barbachanista; sin embargo, poblaciones como Tihosuco, Yaxcabá y Tixcacalcupul estaban ya en poder de los revolucionarios. La plaza de Valladolid era defendida por el Teniente Coronel Venegas y fue asediada el 11 de enero de 1847 por las tropas de D. Antonio Trujeque, comandante de la facción revolucionaria, quien conminó a la rendicion y que en respuesta recibió un ataque. El 13 de enero Trujeque y sus tropas -la mayoría integrada por indios mayas- se posesionaron del barrio de Sisal. En ese momento se incorporaron a sus filas todos los vecinos de los barrios. La lucha ya era desigual entre 300 hombres defensores y 3,000 sitiadores. El sitio duró hasta el 15 de enero cuando los defensores estaban prácticamente derrotados y Trujeque ordenó el asalto final. Venegas fue tomado prisionero y conducido al barrio de Sisal. Cuando esto sucedía los sitiadores actuaban como una turba desorganizada que inició una obra destructiva jamás vista en la historia de Valladolid. Una carta de un testigo presencial describe: "Mientras ...Méndez y Venegas eran conducidos al barrio de Sisal, la gente sitiadora que había aumentado a cerca de tres mil indios, unidos a los vecinos de los barrios..., cayó como un torrente sobre la plaza, trayendo abajo las puertas de las casas... y dejando en las calles y en la misma plaza ochenta y cuatro cadáveres de personas sacrificadas cruelmente a balazos y a machetazos. Tres mujeres, dos niñas, dos ancianos y un tullido fueron de este número... El espanto y el terror fue llevado hasta seis leguas de esta ciudad, en donde también se cometieron incendios, robos y asesinatos. El saqueo duró ocho días... Los asesinatos no sólo fueron horrorosos sino también bárbaros y de caníbales, pues los cuerpos fueron arrastrados en triunfo por las calles, quemados... El día 17, un famoso asesino llamado Bonifacio Novelo ... pasó al barrio de Sisal donde estaba preso Venegas y ... fue asesinado, descuartizado y arrastrado en pedazos por las calles... Familias enteras han quedado reducidas a la más espantosa mendicidad... La emigración de las familias es diaria y es probable que el centro de la ciudad quede yermo...". Este holocausto había puesto a prueba la capacidad de sufrimiento y estoicismo de las familias vallisoletanas.
Sin embargo sólo señalaba el preludio de una tragedia mayor: la Guerra de Castas, en donde Valladolid mostraría nuevamente -y por tercera ocasión- su gesta heroica. La Guerra de Castas se había iniciado en Valladolid con la sentencia a muerte de Manuel Antonio Ay el 25 de julio de 1847. El avance de los mayas fue tal, que a finales de diciembre de ese año, el oriente de la península estaba en poder de los sublevados. Valladolid fue sitiada desde el 19 de enero de 1848 y sostuvo el sitio hasta el 14 de marzo del mismo año. En la historia de Valladolid no ha habido otro acontecimiento que haya mostrado y generado tanta muestra de confraternidad entre los vallisoletanos. La descripción de algunas escenas del sitio de Valladolid que hace Serapio Baqueiro son realmente impresionantes: "Una viva y simultánea gritería, al mismo tiempo que un fuego sostenido entre unos y otros, en disputa de las calles principales y de la plaza del barrio de Santa Ana; un enjambre de niños, ancianos y mujeres dirigiéndose a la parroquia, en medio de una lluvia de balas que se estrellaban contra el atrio... A las oraciones de la noche, la ciudad estaba iluminada con fogatas, todas las alturas estaban ocupadas y abiertas las puertas del templo, en donde también ardían innumerables candelas. Veíase en el púlpito al Vicario D. Manuel Antonio Sierra y O'Reilly predicando a la inmensa multitud... e implorando con ellos el auxilio divino". Valladolid no resistió el sitio y D. Agustín León, comandante de la guarnición, ordenó la evacuación de la ciudad, que ocurrió el 14 de marzo, rumbo a Espita, por el camino de Popolá. Una columna estimada en 10,000 personas y más de cien carruajes. Este éxodo sería de funestas consecuencias, ya que los mayas atacaron la columna, produciendo un sinnúmero de bajas, sufriendo principalmente los ancianos, niños y heridos. Tres días duró el penoso tránsito de las familias vallisoletanas hacia Espita. Este golpe a Valladolid y los nueve meses de abandono -Valladolid fue recuperada el 24 de diciembre de 1848- ocasionaron un impacto en su población y economía, cuyas consecuencias aún se pueden detectar.
El cuarto acontecimiento que otorga a Valladolid el adjetivo de Ciudad Heroica fue el episodio que D. Carlos R. Menéndez bautizó como "La Primera Chispa de la Revolución Mexicana" y que ocurrió el 4 de junio de 1910. Este movimiento social contra la tiranía de Porfirio Díaz y como parte del movimiento antirreeleccionista que se gestaba en Yucatán, fue reprimido a solamente una semana de su inicio y trajo como consecuencia la aplicación de la pena capital a los líderes Maximiliano R. Bonilla, Atilano Albertos y José Kantún, y cárcel y persecución a los demás participantes. Las bajas de los revolucionarios nunca fueron reportadas, aunque se estima que fueron más de cien muertos a manos de las tropas gobiernistas. Estos cuatro hechos históricos son de suficiente peso para considerar a Valladolid como ciudad heroica. Sin embargo la divisa que ostenta en su escudo tiene una historia más reciente. Valladolid fue elevada al rango de ciudad el 13 de diciembre de 1823 por decreto del Congreso Constituyente del Estado. El decreto señalaba que "El gobierno expedirá el título y designará la divisa o escudo correspondiente". El escudo de la ciudad fue realizado 150 años después por iniciativa del Sr. Juan H. Alcocer Rosado, alcalde de la ciudad en esas fechas. El escudo tiene la divisa "Ciudad Heroica" y en 1994 el Instituto Cultural Valladolid, A.C., solicitó al Ayuntamiento de Valladolid que el Congreso del Estado ratificara, como efectivamente se hizo, el título de "Ciudad Heroica", para así corregir una laguna histórica.
domingo, 14 de junio de 2009
ESCUDO DE VALLADOLID YUCATAN
EL ESCUDO DE ARMAS DE VALLADOLID
El escudo de armas de esta ciudad, es una creación del Lic. Juan Francisco Peón Ancona, erudito en heráldica, quien cuidó que contara con las reglas y atributos de los escudos españoles. En el de esta ciudad se conjugaron elementos simbólicos y lo configuran: seis torretas de estilo español que simbolizan los suburbios de la ciudad ( Sisal, Bacalar, Candelaria, Santa Lucía y San Juan ); el cero maya que representa la influencia de su cultura; una rama con flores de xtabentún, un producto común en la región, y otra rama con un copo de algodón, que dio origen a la primera industria textil en la nación; en el centro un gavilán blanco, que con su presencia en la región y el canto que emite al volar se le conoce como Zací ( nombre maya de la ciudad ); el fondo de color rojo representando la sangre derramada por los nativos durante la conquista y el emblema "ciudad heroica", blasón que honra a la ciudad, cuyos habitantes se rebelaron en distintas épocas de su vida histórica, dando muestra de arrojo y valentía, que dio origen en la península que a Valladolid se le nombrara ciudad heroica.
El escudo de esta ciudad fue creado en el año de 1973, siendo presidente municipal el señor Juan Alcocer Rosado, para conmemorar el 150 aniversario de haber sido elevada al rango de ciudad el 13 de diciembre de 1823.
IGLESIAS DE VALLADOLID YUCATAN
San Servacio o Gervacio La iglesia más famosa en el centro, se ubica frente de la plaza y parque principal "Francisco Cantòn", es construido el 28 de mayo de 1543, cuando es fundado, Valladolid (que en el pasado era "Zacì") están reunidos en ese pueblo de indios llamado chahuacàa o Chouac-hà que significa "Agua larga", distante seis lenguas del puerto pequeño llamado entonces "El Cuyo", resolvieron fundar la población en el centro español, a la que dieron nombre de Valladolid, dando por titular de la iglesia que en el se fundara a Nuestra Señora de los Remedios y por abogado de ella a esa iglesia por ser ese día el del Santo, Más adelante cambiaron de lugar la población de Villa de Conil, en que desde un principio se habían fijado.
Como llegaron a la Vispera de la Asunciòn de Nuestra Señora, fue cambiandopor este el titular de la iglesia, aunque siendo siempre el abogado de ella San Gervacio. Originalmente se construyo una parroquia en el siglo XV, que efue escenario de un sangriento crimen en el siglo XVIII, por lo cual, a manera de desagravio, el templo fue remoledado un poco, orientando su fachada hacia el norte. Lo unico que se conservo fue el portico de la fachada principal que miraba, segun la costumbre, hacia el poniente, con las esculturas de San Pedro y San Pablo.
San Bernandino de Siena
Calzada de los frailes directo a Sisal.
Ese gran templo está en el parque en el barrio de Sisal, fue construido en 1552, año en el que el arquitecto y religioso Juan de Mérida (quien fue el primer conquistador y después de los frailes de Francisco de Montejo) esa iglesia es de los franciscanos aunque los diseñaron e iniciaron ese labor, al estilo de las fortalezas medievales que protegían de las rebeliones. Solo así -escribe Stella Maria Gonzalèz en la "Guía de Yucatàn"- se explican las dimensiones de este convento, con sus almenas clásicas y muros que en algunas partes rebasan los tres metros de espesor, y cubre una superficie superior a los 14 mil metros cuadrados. Fue uno de los pocos que sobrevivieron a la destrucción efectuada en otras iglesias durante 1915.
Candelaria
Esta bonita la española con dos vanos para campanas y dos remates del techo que le dan aspecto de fortaleza. El Camarín está dispuesto sobre una sacristía. El templo es de una sola nave; enfrente a ella y abarcando hasta el zaguàn de la casa cural, està el pequeño al portal de arcos moriscos que invade la calle. Tiene además un atrio pequeño al costado sur de todo el predio. En su interior se aprecia el techo de bóveda, púlpito de madera labrada, retablo con motivos vegetales y nichos con imágenes.
San Juan de Dios
Las paredes laterales del templo son sólidas, con pequeñas almenas, también de piedra, como la de San Gervacio, San bernandino y Santa Lucía, La portada principal está también rodeado por un arco pero en el medio punto tabllerado; sobre este, una ventana del coro enmarcada con piedra de cantera y arriba de estas tres pequeñas ventanas circulastes rematadas por una balaustrada que conecta las dos torres y una hermosa cruz arriba de piedra labrada como remate. En su interior se encuentra un interesante retablo de estilo salomónico con motivos vegetales, cuatro nichos laterales y una pila bautismal de piedra labrada. Actualmente tiene un pequeño atrio con verja de hierro.
Recientemente fue remodelada cubriendo las paredes con una mezcla especial y otros detalles.
Santa Ana