martes, 16 de junio de 2009

HISTORIA DE VALLADOLID YUC.


A diferencia de lo acontecido en la ciudad de Mérida, en donde por Cédula Real le fue conferido el título de "Muy noble y muy leal", el calificativo de "Ciudad Heroica" no tuvo un origen nobiliario ni fue decretado por la Corona Española. Por el contrario el título tiene su origen en un ensayo histórico: la obra de Oswaldo Baqueiro Anduze.
Baqueiro Anduze, destacado historiador yucateco, realizó en el tiempo récord de seis meses y por encargo del gobernador en turno Ernesto Novelo Torres -vallisoletano amante del terruño- la primera obra que describe parte de la historia de Valladolid. Esto aconteció en 1943 y fue quizá el evento cultural más significativo de la conmemoración del cuarto centenario de la fundación de Valladolid. Esa obra la denominó su autor "La Ciudad Heroica". Aunque en el prólogo no explica el autor el origen del nombre, en el contenido de la obra se identifican los hechos que seguramente inspiraron a Baqueiro Anduze para seleccionar tal designación.
Y por supuesto que la calificación de este autor fue la correcta, ya que Valladolid -hasta la presente fecha de su historia- ha sido cuatro veces heroica. Y hablo de ese heroísmo de sus gentes -mayas, españoles y mestizos-, que como protagonistas de sucesos imborrables marcaron el devenir de Yucatán y al menos en dos casos el de México.
El primer acontecimiento que enfrentó a conquistadores y mayas y que puso en peligro la conquista del oriente de Yucatán fue la rebelión de Chemax de noviembre de 1546, tres años y medio después de haberse fundado la Valladolid de Chohuac-há y año y ocho meses después de haberse establecido la actual Valladolid. En otoño de 1546, don Francisco de Montejo, el Adelantado, volvió a Yucatán, entrando por Campeche, en compañía de su esposa Doña Beatriz de Herrera. Esto motivó que su hijo -autoridad de Mérida- y su sobrino -autoridad militar de Valladolid- se trasladaran a ese sitio para recibirlo.
Coincidentemente, para esas fechas los caudillos mayas habían planeado un levantamiento en el Oriente, que debería estallar para la luna llena del 8 ó 9 de noviembre, fecha que correspondía al día 5 cimil y 19 xul (muerte final) del calendario maya.
En las "Relaciones históricas y geográficas de la villa de Valladolid" se describe este acontecimiento de la siguiente manera: "Y en el año de mil quinientos y cuarenta y seis, por el mes de noviembre, fue cuando los naturales de estas provincias de Valladolid se alzaron contra la Corona Real y mataron a diez y ocho españoles que estaban derramados por sus pueblos, fuera de esta villa, friendo dos hijos de Magdalena de Cabrera en copal en el pueblo de Chemax... Y al uno de ellos frieron vivo y en los demás españoles hicieron grandes crueldades, sacándoles los corazones estando vivos, matando asimismo a más de seiscientos indios del servicio de los españoles...".
La rebelión de Chemax tuvo como destino final Valladolid y las crónicas dicen que sólo veinte y dos vecinos -más los indios leales cuyo número no se consigna- defendieron a Valladolid capitaneados por Alonso de Villanueva, de un sitio que duró veinte días. Por vez primera Valladolid había demostrado una actitud heroica.
Otro acontecimiento que marcaría la casta heroica del pueblo vallisoletano ocurrió en enero de 1847. El 1 de enero de 1846 Yucatán se proclamó por segunda vez independiente de la república mexicana en defensa del federalismo y de su soberanía que había sido mancillada por la actitud centralista de Antonio López de Santa Anna. Pugnas políticas internas entre políticos de Mérida y Campeche se incrementaron al reconocer la legislatura yucateca (barbachanista en su mayoría y con tendencia política del grupo meridano) al general Santa Anna como "jefe y caudillo de la heroica empresa de regeneración de la República". Este triste acontecimiento trajo como consecuencia el levantamiento armado del ayuntamiento de Campeche el 25 de octubre de 1846, capitaneados por D. Santiago Méndez. El avance de las tropas de Méndez hizo que a finales de diciembre estuvieran bajo su poder las principales poblaciones. En el oriente Valladolid era aún un bastión del movimiento barbachanista; sin embargo, poblaciones como Tihosuco, Yaxcabá y Tixcacalcupul estaban ya en poder de los revolucionarios.
La plaza de Valladolid era defendida por el Teniente Coronel Venegas y fue asediada el 11 de enero de 1847 por las tropas de D. Antonio Trujeque, comandante de la facción revolucionaria, quien conminó a la rendicion y que en respuesta recibió un ataque. El 13 de enero Trujeque y sus tropas -la mayoría integrada por indios mayas- se posesionaron del barrio de Sisal. En ese momento se incorporaron a sus filas todos los vecinos de los barrios. La lucha ya era desigual entre 300 hombres defensores y 3,000 sitiadores. El sitio duró hasta el 15 de enero cuando los defensores estaban prácticamente derrotados y Trujeque ordenó el asalto final. Venegas fue tomado prisionero y conducido al barrio de Sisal.
Cuando esto sucedía los sitiadores actuaban como una turba desorganizada que inició una obra destructiva jamás vista en la historia de Valladolid. Una carta de un testigo presencial describe:
"Mientras ...Méndez y Venegas eran conducidos al barrio de Sisal, la gente sitiadora que había aumentado a cerca de tres mil indios, unidos a los vecinos de los barrios..., cayó como un torrente sobre la plaza, trayendo abajo las puertas de las casas... y dejando en las calles y en la misma plaza ochenta y cuatro cadáveres de personas sacrificadas cruelmente a balazos y a machetazos. Tres mujeres, dos niñas, dos ancianos y un tullido fueron de este número... El espanto y el terror fue llevado hasta seis leguas de esta ciudad, en donde también se cometieron incendios, robos y asesinatos. El saqueo duró ocho días... Los asesinatos no sólo fueron horrorosos sino también bárbaros y de caníbales, pues los cuerpos fueron arrastrados en triunfo por las calles, quemados... El día 17, un famoso asesino llamado Bonifacio Novelo ... pasó al barrio de Sisal donde estaba preso Venegas y ... fue asesinado, descuartizado y arrastrado en pedazos por las calles... Familias enteras han quedado reducidas a la más espantosa mendicidad... La emigración de las familias es diaria y es probable que el centro de la ciudad quede yermo...".
Este holocausto había puesto a prueba la capacidad de sufrimiento y estoicismo de las familias vallisoletanas. Sin embargo sólo señalaba el preludio de una tragedia mayor: la Guerra de Castas, en donde Valladolid mostraría nuevamente -y por tercera ocasión- su gesta heroica.
La Guerra de Castas se había iniciado en Valladolid con la sentencia a muerte de Manuel Antonio Ay el 25 de julio de 1847. El avance de los mayas fue tal, que a finales de diciembre de ese año, el oriente de la península estaba en poder de los sublevados.
Valladolid fue sitiada desde el 19 de enero de 1848 y sostuvo el sitio hasta el 14 de marzo del mismo año. En la historia de Valladolid no ha habido otro acontecimiento que haya mostrado y generado tanta muestra de confraternidad entre los vallisoletanos.
La descripción de algunas escenas del sitio de Valladolid que hace Serapio Baqueiro son realmente impresionantes: "Una viva y simultánea gritería, al mismo tiempo que un fuego sostenido entre unos y otros, en disputa de las calles principales y de la plaza del barrio de Santa Ana; un enjambre de niños, ancianos y mujeres dirigiéndose a la parroquia, en medio de una lluvia de balas que se estrellaban contra el atrio... A las oraciones de la noche, la ciudad estaba iluminada con fogatas, todas las alturas estaban ocupadas y abiertas las puertas del templo, en donde también ardían innumerables candelas. Veíase en el púlpito al Vicario D. Manuel Antonio Sierra y O'Reilly predicando a la inmensa multitud... e implorando con ellos el auxilio divino".
Valladolid no resistió el sitio y D. Agustín León, comandante de la guarnición, ordenó la evacuación de la ciudad, que ocurrió el 14 de marzo, rumbo a Espita, por el camino de Popolá. Una columna estimada en 10,000 personas y más de cien carruajes. Este éxodo sería de funestas consecuencias, ya que los mayas atacaron la columna, produciendo un sinnúmero de bajas, sufriendo principalmente los ancianos, niños y heridos. Tres días duró el penoso tránsito de las familias vallisoletanas hacia Espita. Este golpe a Valladolid y los nueve meses de abandono -Valladolid fue recuperada el 24 de diciembre de 1848- ocasionaron un impacto en su población y economía, cuyas consecuencias aún se pueden detectar.
El cuarto acontecimiento que otorga a Valladolid el adjetivo de Ciudad Heroica fue el episodio que D. Carlos R. Menéndez bautizó como "La Primera Chispa de la Revolución Mexicana" y que ocurrió el 4 de junio de 1910. Este movimiento social contra la tiranía de Porfirio Díaz y como parte del movimiento antirreeleccionista que se gestaba en Yucatán, fue reprimido a solamente una semana de su inicio y trajo como consecuencia la aplicación de la pena capital a los líderes Maximiliano R. Bonilla, Atilano Albertos y José Kantún, y cárcel y persecución a los demás participantes. Las bajas de los revolucionarios nunca fueron reportadas, aunque se estima que fueron más de cien muertos a manos de las tropas gobiernistas.
Estos cuatro hechos históricos son de suficiente peso para considerar a Valladolid como ciudad heroica. Sin embargo la divisa que ostenta en su escudo tiene una historia más reciente.
Valladolid fue elevada al rango de ciudad el 13 de diciembre de 1823 por decreto del Congreso Constituyente del Estado. El decreto señalaba que "El gobierno expedirá el título y designará la divisa o escudo correspondiente". El escudo de la ciudad fue realizado 150 años después por iniciativa del Sr. Juan H. Alcocer Rosado, alcalde de la ciudad en esas fechas. El escudo tiene la divisa "Ciudad Heroica" y en 1994 el Instituto Cultural Valladolid, A.C., solicitó al Ayuntamiento de Valladolid que el Congreso del Estado ratificara, comoefectivamente se hizo, el título de "Ciudad Heroica", para así corregir una laguna histórica.- Dr. R.A.G.B.- Mérida, Yucatán, julio de 1997.

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